viernes, 27 de diciembre de 2013

Gracias a todos por vuestro reconocimiento a nuestro esfuerzo y dedicación.

Todos los integrantes del grupo “ECO” El paraíso, trabajamos y seguiremos trabajando con la misma consigna y la misma convicción que estamos en el camino correcto.

En nuestro comienzo apenas éramos un puñadito, nos sobraban dedos de una mano para contarnos, pero poco a poco nos fuimos extendiendo. Se sumo algunos de la familia, algunos amigos, algunos vecinos cercanos y todos sumaron a alguien más. Hoy somos más, juntos siempre seremos más.

Nuestro grupo se caracteriza por estar compuesto por gente de distintas edades, distintas regiones del país y también del extranjero y dentro de nuestro grupo no existen prejuicios de clase, raza, religión y tampoco jefes.
¿Cómo podemos funcionar sin jefe? Pues es muy sencillo, todos obedecemos a una consigna que no es otra que la búsqueda y el aporte al “Bien Común”  
                     
                      Apelación a tu conciencia

Si todos los individuos antes de tomar una decisión pensaran en el BIEN COMÚN, sería otra nuestra suerte, porque actuarían en bien de la humanidad.
 
Si nuestros gobernantes, legisladores, juristas, intelectuales, policías, militares, periodistas, religiosos, docentes, alumnos, empleados, obreros, hijos y padres, en fin... todos, en sus actos tendrían siempre presente como objetivo el BIEN COMÚN, sería otro nuestro destino.
 
Por eso, es muy importante que antes de proponer, analizar, firmar, decidir, juzgar, perdonar, enseñar...; pase por la conciencia de cada uno, la convicción de que lo que estamos haciendo, es para el BIEN COMÚN.
 
Es tan importante actuar con esta filosofía del BIEN COMÚN, que hasta los egoístas pueden beneficiarse, porque el BIEN COMÚN es para todos, hasta para aquellos que poco hacen por impulsarlo.

Si todos asumimos que tenemos nuestra cuota parte de responsabilidad de los males que afectan nuestra sociedad y no asumimos el compromiso militante para corregirlos, estamos comprometiendo seriamente el futuro de nuestros descendientes.

No olvides nunca que; Los derechos y beneficios de los que hoy gozas, los tienes porque en el pasado otros ofrendaron sus vidas para conquistarlos y no porque nos lo regalaron.

Lo que nuestro grupo esta haciendo, lo hace con mucho amor, con humildad, esfuerzo y con la plena convicción que apuntamos a fortalecer la idea del BIEN COMÚN.

Grupo Eco “El Paraíso”


jueves, 19 de diciembre de 2013

Mejor que decir es hacer...

El Ing. Agr. Jorge Molina, fue un gran profesor pero más grande maestro.
Hoy recordaremos uno de los decir de él. “Hay dos tipos de actitudes respecto de la conservación de los valiosos recursos naturales, la de los “conservacionistas” y la de los “conversacionistas”
Los “conservacionistas” tienen una actitud positiva y pasan a la acción, no declaman, ejecutan y hacen, construyen y protegen y son personas solidarias, porque con su esfuerzo se beneficia toda la comunidad. En tanto que los “Conversacionistas” agotan sus charlas en mesas de café o en oficinas, sin aportar soluciones concretas, a veces son burócratas y otras simples “opinadores” para ellos siempre esta mal, pero cuando hay que actuar nunca esta disponibles.

El Ing. Agr. Jorge Molina No solo cumplió con su responsabilidad primaria de impartir ciertos conocimientos y de generar ciertas notas para los registros de la Facultad de Agronomía sino que fue un educador que merecerá por siempre el recuerdo afectuoso y honra de quienes tuvieron el privilegio de ser sus alumnos. El no paso simplemente por el aula; dejo una marca: amor a la profesión, amor al trabajo, respeto a los estudiantes y respeto por la naturaleza.

viernes, 22 de febrero de 2013

Discurso de Pepe Mujica en Río.


El discurso ya se está considerando histórico,
Mujica habló ante una audiencia de mandatarios que con desgano escucharon las verdades brutales que les decía, recien a días del discurso, la prensa internacional y el mundo comienzan a tener en cuenta que no fue un simple discurso el que dijo el presidente uruguayo.

Autoridades presentes de todas la latitudes y organismos, muchas gracias. Muchas gracias al pueblo de Brasil y a su Sra. presidenta, Dilma Rousseff. Muchas gracias también, a la buena fe que han manifestado todos los oradores que me precedieron. 
Expresamos la íntima voluntad como gobernantes de apoyar todos los acuerdos que, esta, nuestra pobre humanidad pueda suscribir. 

Sin embargo, permítasenos hacer algunas preguntas en voz alta. 

Toda la tarde se ha hablado del desarrollo sustentable. De sacar las inmensas masas de la pobreza. 

¿Qué es lo que aletea en nuestras cabezas? ¿El modelo de desarrollo y de consumo que queremos es el actual de las sociedades ricas? 

Me hago esta pregunta: ¿qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la misma proporción de autos por familia que tienen los alemanes? Cuánto oxígeno nos quedaría para poder respirar? 

Más claro: ¿tiene el mundo los elementos materiales como para hacer posible que 7 mil u 8 mil millones de personas puedan tener el mismo grado de consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades occidentales? ¿Será eso posible?

¿O tendremos que darnos otro tipo de discusión? 

Hemos creado esta civilización en la que hoy estamos: hija del mercado, hija de la competencia y que ha deparado un progreso material portentoso y explosivo. 

Pero la economía de mercado ha creado sociedades de mercado. Y nos ha deparado esta globalización, cuya mirada alcanza a todo el planeta. 

¿Estamos gobernando esta globalización o ella nos gobierna a nosotros? 

¿Es posible hablar de solidaridad y de que “estamos todos juntos” en una economía que basada en la competencia despiadada? ¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad? 

No digo nada de esto para negar la importancia de este evento. Por el contrario: el desafío que tenemos por delante es de una magnitud de carácter colosal y la gran crisis que tenemos no es ecológica, es política. 

El hombre no gobierna hoy a las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado gobiernan al hombre. Y a la vida. 
No venimos al planeta para desarrollarnos solamente, así, en general. Venimos al planeta para ser felices. Porque la vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale como la vida. Esto es lo elemental. 

Pero la vida se me va a escapar, trabajando y trabajando para consumir un “plus” y la sociedad de consumo es el motor de esto. Porque, en definitiva, si se paraliza el consumo, se detiene la economía, y si se detiene la economía, aparece el fantasma del estancamiento para cada uno de nosotros. 

Pero ese hiper consumo es el que está "agrediendo" al planeta. 

Y tienen que generar ese hiper consumo, cosa de que las cosas duren poco, porque hay que vender mucho. Y una lamparita eléctrica, entonces, no puede durar más de 1000 horas encendida.
¡Pero hay lamparitas que pueden durar 100 mil horas encendidas!
Pero esas no, no se pueden hacer; porque el problema es el mercado, porque tenemos que trabajar y tenemos que sostener una civilización del “úselo y tírelo”, y así estamos en un círculo vicioso. 

Estos son problemas de carácter político.
Nos están indicando que es hora de empezar a luchar por otra cultura. 

No se trata de plantearnos el volver a la época del hombre de las cavernas, ni de tener un “monumento al atraso”.
Pero no podemos seguir, indefinidamente, gobernados por el mercado,
"sino que tenemos que gobernar al mercado". 

Por ello digo, en mi humilde manera de pensar, que el problema que tenemos es de carácter político.
Los viejos pensadores –Epicúreo, Séneca y también los Aymaras- definían: “pobre no es el que tiene poco sino el que necesita infinitamente mucho”.
Y desea más y más. 

"Esta es una clave de carácter cultural" 

Entonces, voy a saludar el esfuerzo y los acuerdos que se hagan.
Y lo voy acompañar, como gobernante.
Sé que algunas cosas de las que estoy diciendo "rechinan".
Pero tenemos que darnos cuenta de que la crisis del agua y de la agresión al medio ambiente no es la causa.
La causa es el modelo de civilización que hemos montado.
Y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir.

Pertenezco a un pequeño país muy bien dotado de recursos naturales para vivir. En mi país hay poco más de 3 millones de habitantes.
Pero hay unos 13 millones de vacas, de las mejores del mundo.
Y unos 8 o 10 millones de estupendas ovejas.
Mi país es exportador de comida, de lácteos, de carne.
Es una penillanura y casi el 90% de su territorio es aprovechable. 

Mis compañeros trabajadores, lucharon mucho por las 8 horas de trabajo. Y ahora están consiguiendo las 6 horas.
Pero el que tiene 6 horas, se consigue dos trabajos; por lo tanto, trabaja más que antes.
¿Por qué?
Porque tiene que pagar una cantidad de cosas: la moto, el auto, cuotas y cuotas y cuando se quiere acordar, es un viejo al que se le fue la vida. 

Y uno se hace esta pregunta: ¿ese es el destino de la vida humana?
¿Solamente consumir?

Estas cosas que digo son muy elementales: el desarrollo no puede ser en contra de la felicidad.
Tiene que ser a favor de la felicidad humana; del amor a la tierra,
del cuidado a los hijos, junto a los amigos. "Y tener, sí, lo elemental" 

Precisamente, porque es el tesoro más importante que tenemos.
Cuando luchamos por el medio ambiente, tenemos que recordar que el primer elemento del medio ambiente se llama "felicidad humana"