miércoles, 14 de junio de 2017

Dañina contaminación sonora

Vivir o trabajar en un ambiente ruidoso podría aumentar el riesgo de sufrir un infarto, según un nuevo estudio alemán.


NUEVA YORK (Reuters Health) - Un grupo de investigadores halló que los adultos de edad mediana que viven en las zonas urbanas y cerca de caminos con un gran caudal de tráfico tienen un 46 por ciento más de riesgo de sufrir un infarto, que los que viven en barrios más tranquilos.

Del mismo modo, los hombres con trabajos que los exponen a altos niveles de ruido tienen un tercio más de probabilidades de tener un infarto, que los que trabajan en lugares más silenciosos.

Aunque no es demasiado claro el motivo de esto, podría influir el estrés que genera la exposición al ruido crónico, según el equipo dirigido por el doctor Stefan N. Willich, de Charite University Medical Center, en Berlín.

Una gran cantidad de estudios previos señalan que la exposición a largo plazo al ruido del tráfico o de las máquinas de fábricas aumentaría el riesgo de hipertensión e infarto.

El ruido elevado actúa en el organismo como una "advertencia" y la respuesta normal incluye cambios hormonales y picos en la presión arterial y los latidos.

Los investigadores sospechan que en el tiempo, la exposición al ruido crónico dañaría el sistema cardiovascular.

En el nuevo trabajo, publicado en la revista European Heart Journal, los investigadores analizaron los niveles sonoros de distintos barrios y lugares de trabajo, y estudiaron la percepción de los ruidos en los participantes.

Hallaron que las mujeres que decían estar "molestas" con el ruido del tráfico próximo a sus hogares, tenían un mayor riesgo de sufrir un infarto que las mujeres que no se molestaban. Sin embargo, los niveles de molestia entre los hombres, en el hogar o en el trabajo, fueron independientes del riesgo de infarto.

Con pruebas objetivas, según datos oficiales del ruido del tránsito en Berlín, los hombres y las mujeres que vivían cerca de autopistas ruidosas tenían un elevado riesgo de sufrir un infarto. Mediciones objetivas en ambientes de trabajo ruidosos señalaron que dicho riesgo estaba presente sólo en los hombres.

Estas diferencias de género, según el equipo de Willich, indicarían que los hombres son más propensos a trabajar en lugares más ruidosos, mientras que las mujeres tienden a estar en casa durante el día y, por lo tanto, más molestas por el ruido del tráfico cercano.

El estudio incluyó a 4.115 hombres y mujeres, en su mayoría de 50 años, que habían recibido tratamiento por un infarto en el hospital de Berlín. Fueron comparados con un grupo control de adultos de la misma edad sin antecedentes cardíacos.

Sin tener en cuenta factores de riesgo como el tabaquismo, la obesidad y antecedentes familiares de infarto, las personas con una mayor exposición a los ruidos tenían un mayor riesgo de sufrir un infarto.


Aún no se conoce si los protectores de oído, que se usan para prevenir daños auditivos, podrían reducir el riesgo de infarto. Pero los nuevos resultados señalan la necesidad de estudiar esta cuestión, según indican los autores.