Defensa del monte indígena
La degradación del monte indígena en
Uruguay es centro de las preocupaciones del grupo ambientalista Guayubira, que
difundió un comunicado al respecto en ocasión del Día Mundial del Medio
Ambiente. A continuación se reproduce las partes centrales de ese texto.
Nuestro
monte nativo tiene un enorme valor social, ambiental y económico, ya que
abastece a las fuentes subterráneas de agua, que a la vez aseguran el flujo
continuo de los cursos de agua de los que depende tanto la población como la
producción agropecuaria; conserva las márgenes de los ríos y arroyos;
constituye uno de los hábitat fundamentales para numerosas especies de la fauna
nativa; es parte del paisaje, lo que abre grandes posibilidades en materia de
desarrollo turístico; tiene un valor potencial en materia de productos
alimenticios (fruta, miel, carne), medicinales e industriales (taninos,
esencias).
El Grupo
Guayubira, desde sus inicios, ha venido alertando sobre la disminución y
degradación de este bien común, que en los últimos años ha experimentado un
proceso de destrucción debido a la presión ejercida por otros usos del suelo,
la introducción de especies exóticas y la tala indiscriminada.
Con
el fin de cuantificar este proceso de destrucción del monte nativo y de aportar
elementos para el tan necesario fortalecimiento de los controles
gubernamentales que apunten a su protección, fue que encomendamos un estudio
comparativo de la situación actual respecto a la información histórica.
La
investigación se realizó por cuencas hidrográficas, las unidades territoriales
operativas de los consejos regionales de recursos hídricos implementados a
partir de la aprobación de la política nacional de aguas.
Estos
consejos ofician como ámbitos para la discusión y posible monitoreo de las
situaciones ambientales de las respectivas cuencas hidrográficas.
Del
estudio se desprende que en estos 20 años, que coinciden aproximadamente con la
entrada en vigencia de la Ley forestal (1989), se ha registrado una disminución
de la superficie del bosque nativo de cerca del 12 por
ciento respecto a 1990.
Los
autores consideran que, en una primera etapa, “el avance de la
forestación, integrada con los muy bajos niveles de control de la
protección del bosque, debe haber generado una importante disminución de áreas
de bosque nativo”.
El
segundo impulso se vincula al proceso de intensificación agraria comenzado
en 2004, que generó nuevos procesos de avances sobre el bosque.
Una
tercera etapa parece ser la actual, “donde el aumento de los controles (en
cumplimiento de la ley) seguramente está reduciendo en forma significativa el
proceso de destrucción del bosque nativo”.
Creemos
que para asegurar el futuro de nuestros montes, y por ende de nuestros ríos,
arroyos, el agua limpia, el ambiente sano, el desarrollo turístico, en suma
nuestro futuro, se deben aunar esfuerzos y actuar sobre el conjunto de causas
que llevan a su desaparición y degradación.
Nuestro
esfuerzo estará puesto en acompañar e impulsar toda iniciativa que vaya en esa
dirección.
Grupo GUAYUBIRA
5 de junio de 2014